¿Tu perro se rasca con frecuencia contra alguna superficie? ¿No para de rascarse detrás de las orejas, por el cuello o al final de su espalda por donde comienza el rabo? ¿Se muerde la piel o no para de rascar con sus patas? ¿Su piel está enrojecida? ¿Le ha salido una calva o tiene el pelo más corto en alguna zona? ¿Algún miembro de la familia presenta ronchitas diminutas en forma de “caminito”?

Si tu perro realiza algunas de las acciones comentadas anteriormente, le falta pelo en alguna parte de su cuerpo o algún miembro de tu familia no para de rascarse… es posible que tu mascota tenga ¡¡compañía!!

Las pulgas son unos bichitos diminutos, con unas patas muy largas, aplanadas, alargaditas y muy duras (es casi imposible acabar con ella aplastándola con la yema del dedo). Por lo general son de color marrón oscuro y son parásitos obligados, lo que significa que solo pueden sobrevivir y reproducirse viviendo en el cuerpo de otro animal al que parasitan. Estos bichitos, se alimentan de la sangre del perro, llegando a trasmitir enfermedades más graves a través del intercambio de fluidos que se produce. Al succionar la sangre y para que esta no se coagule inoculan la saliva en la herida. Esto les permite poder alimentarse en el mismo lugar.

Además, poseen una capacidad innata para ocultarse entre el pelaje de los perros, llegando a esconderse tan bien en su piel, que a veces resulta inaccesibles e imperceptibles a nuestros ojos. Una de las formas que utilizan para desplazarse por el cuerpo de la mascota, es a través de saltos que incluso pueden llegar a ser de varios centímetros.

Si presientes que tu perro tiene pulgas, desde Dr. Gorriti te invitamos a que nos visites lo antes posible. ¡¡Nuestro equipo de veterinarios se encargará de acabar con ellas!!